Cándido Fabré, Icónico legado en la música cubana
En el panorama musical de Cuba, hay nombres que resuenan con una fuerza única, capturando el corazón y el alma de la isla con su arte. Uno de esos nombres es el de Candido Fabré, un talentoso músico cuyo legado perdura a través de décadas de innovación y pasión por la música.
Candido Fabré (San Luis, 20 de septiembre de 1959) es un músico cubano, conocido como el Rey del Repentismo de la música bailable; con su voz ronca, sonera y aguardentosa, es una de las voces más singulares de Cuba, en la manera en que asume la canción y la creación de letras para hacer bailar al pueblo.
Nació y creció escuchando charangas: la Unión Sanluisera, los Hermanos Salazar, Maíz y sus Muchachos, el combo Tropicuba (que tocaba al estilo de la Aragón) y las congas y serenatas de San Luis, un pueblo rumbero y gozador. Esto le permitió el desarrollo del oído y muy pronto se sorprendió armonizando y haciendo voces. Con solo 15 años se integró a Los Hermanos Salazar y cantó en unos carnavales santiagueros. Luego se trasladó a Palma Soriano y se unió a Los Samuráis, un combito de esos que estaban de moda en la década de 1960. Cuando se presentaban ante el público, la gente tumbaban las puertas para escuchar las improvisaciones de Cándido, que puso a gozar el ambiente musical del pueblo. En este combo estuvo algo más de cinco años.
Luego de grabar su primer número musical con La Original de Manzanillo, Cándido se marcha para su pueblo sin imaginar que estaba a punto de lograr su gran sueño. A los pocos días Pachy lo reclama para que trabaje en los carnavales de Santiago de Cuba. El público santiaguero quedó asombrado por la manera de improvisar del cantante sanluisero; era algo que no se observaba en mucho tiempo y fue la gran oportunidad de su vida, su sueño hecho realidad: estar con la orquesta más reclamada de la zona oriental y en la cual hizo historia durante diez años. Los músicos se sorprendieron con esta decisión de Pachy Naranjo, pero fue un buen momento ya que comenzaba una nueva era para la Original de Manzanillo, que había perdido a su cantante principal, Manolo del Valle. Cándido le aporta a la orquesta el Son al estilo sanluisero: clave, tres, maracas y la esencia trovadoresca. Eso enriquece el Son manzanillero, que sale un poco repetitivo del órgano oriental. Entonces comenzaron los grandes hit de la Original con canciones de Cándido Fabré.
Conocido por su carisma en el escenario y su habilidad para conectar con el público, Candido Fabré rápidamente se convirtió en uno de los músicos más queridos de Cuba.
A lo largo de su carrera, Candido Fabré produjo una impresionante discografía que incluye álbumes como «El Alacran», «La Habana Quiere Guarachar Contigo», y «Candido Fabré y su Banda: En Concierto». Sus canciones, impregnadas de la esencia misma de la vida cubana, han resonado con generaciones de aficionados a la música cubana en todo el mundo.
Pero el legado de Candido Fabré va más allá de su talento musical. Como figura icónica en la escena cultural cubana, ha sido un defensor apasionado de la música tradicional cubana y un embajador de la rica herencia musical de la isla. Su dedicación a preservar y promover la música cubana ha dejado una marca indeleble en la historia de la música cubana y en el corazón de todos los que han tenido el privilegio de escuchar su música.
Hoy, mientras celebramos la vida y el legado de Candido Fabré, recordamos su contribución invaluable a la música cubana y celebramos su lugar eterno en el panteón de los grandes músicos cubanos. Su música seguirá sonando, inspirando y alegrando los corazones de todos aquellos que buscan la auténtica esencia de Cuba a través de su arte.